La mayoría de los presuntos abusos se cometieron en el internado Juan XXIII para niños pobres de zonas rurales de Cochabamba, en el centro del país.
La mayoría de los presuntos abusos se cometieron en el internado Juan XXIII para niños pobres de zonas rurales de Cochabamba, en el centro del país. AFP

El presidente de Bolivia ha pedido al Papa Francisco archivos sobre abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos en el país sudamericano tras las revelaciones de supuesta explotación infantil a gran escala.

Las investigaciones están en curso luego de que se encontraran confesiones en el diario de un sacerdote jesuita español fallecido, Alfonso Pedrajas, de que posiblemente había abusado de decenas de menores en Bolivia, donde llegó en 1971.

Las revelaciones, publicadas por el periódico El País de España el mes pasado, dieron como resultado que los fiscales abrieran al menos ocho casos contra sacerdotes, incluido Pedrajas, y otros tres de España: Luis María Roma, Alejandro Mestre y Antonio Gausset.

Los cuatro han fallecido, pero hay otros acusados que siguen vivos.

El presidente Luis Arce, en una carta enviada al Papa el lunes, pidió "acceder a todos los archivos e información sobre estas denuncias y actos de abuso sexual cometidos por sacerdotes católicos y miembros de la orden religiosa en territorio boliviano".

La carta fue puesta a disposición de los periodistas por la oficina del presidente.

Bolivia se ha visto consternada por las revelaciones surgidas desde que un familiar de Pedrajas, fallecido de cáncer en Bolivia en 2009 a los 66 años, entregó el diario del sacerdote a El País.

En el diario, que llevaba en una computadora portátil, Pedrajas escribió que había hecho "daño a muchas personas... demasiadas", con el número 85 y un signo de interrogación. Escribió que el clero mayor sabía de sus crímenes y se mantuvo callado.

Pedrajas había trabajado como maestro en varias partes de Bolivia. La mayoría de los presuntos abusos se cometieron en el internado Juan XXIII para niños pobres de zonas rurales de Cochabamba, en el centro del país.

Hilarión Baldivieso, presidente de una asociación de exalumnos de Juan XXIII, denunció en rueda de prensa "el encubrimiento" de los crímenes de Pedrajas por parte de la Iglesia.

El fiscal general Juan Lanchipa dijo que desde las revelaciones de los medios, presuntas víctimas se han presentado en la capital La Paz, en Cochabamba, Tarija en el sur y Santa Cruz en el este.

Algunas de las denuncias fueron presentadas por la propia orden de los jesuitas, pero Lanchipa expresó su preocupación por "la apatía que ha mostrado esta organización católica al no denunciar estos hechos" antes, sino "brindar cobertura y protección a estos hechos aberrantes".

Podrían seguir más casos, con una investigación reciente del periódico boliviano Página Siete que encontró al menos 170 presuntas víctimas.

El exsacerdote jesuita Pedro Lima dijo a la AFP la semana pasada que no solo los menores sino también los clérigos en formación fueron objeto de abusos sexuales en Bolivia. Lima afirmó que fue expulsado de la orden jesuita en 2001 por denunciar abusos.

Días después de la exposición del diario de Pedrajas, la Conferencia Episcopal Boliviana, una asamblea de obispos, pidió el perdón de las víctimas.

"Nos solidarizamos con las víctimas que han sufrido actos de abuso sexual", dijo en un comunicado.

La orden de los jesuitas, por su parte, dijo que ayudaría en la investigación.

El sacerdote español Jordi Bertomeu, uno de los principales investigadores de delitos sexuales del Papa, ha sido enviado a Bolivia.

Miles de informes de pedofilia dentro de la Iglesia Católica han surgido en todo el mundo en los últimos años.

El Papa Francisco ha prometido una "batalla total" contra el abuso clerical, celebrando una cumbre sin precedentes sobre el tema en 2019 y promulgando reformas que incluyen nuevas obligaciones para denunciar el abuso infantil y los encubrimientos por parte del clero.