Muchos socialistas todavía albergan un 'odio real' hacia el exlíder de Cataluña Carles Puigdemont por el fallido intento de independencia de 2017.
Muchos socialistas todavía albergan un 'odio real' hacia el exlíder de Cataluña Carles Puigdemont por el fallido intento de independencia de 2017. AFP

La mayoría de los encuestadores vieron al Vox de extrema derecha de España en el papel, pero ninguno imaginó que sería el exiliado líder separatista catalán Carles Puigdemont emergiendo como líder de las elecciones anticipadas no concluyentes del domingo.

Aunque el derechista Partido Popular (PP) reclama el derecho a gobernar tras ganar la votación, parece una posibilidad remota dado que no consiguió la mayoría absoluta, ni siquiera con el apoyo de Vox.

Y eso ofrece una oportunidad para que el primer ministro socialista, Pedro Sánchez, se aferre al poder si gana el respaldo de varios partidos independentistas vascos y catalanes cuyo apoyo parlamentario fue clave para apuntalar su gobierno minoritario saliente.

Aun así, Sánchez aún necesitaría asegurar el acuerdo de JxCat, el partido separatista de línea dura encabezado por Puigdemont, cuyos siete diputados tienen la clave para que el líder socialista apruebe cualquier voto de investidura parlamentaria.

Y la ironía de ser hacedor de reyes no pasó desapercibida para el exlíder catalán que huyó a Bélgica para evitar ser procesado por su papel en el fallido intento de independencia de 2017 que provocó la peor crisis de España en décadas.

"Un día eres decisivo para formar un gobierno español, al día siguiente España ordena tu arresto", tuiteó Puigdemont en inglés después de que España emitiera una nueva orden de arresto contra él pocas horas después de que salieran a la luz los resultados de las elecciones.

Fundada por Puigdemont, JxCat ha seguido durante mucho tiempo una estrategia de confrontación con Madrid en contraste con la postura de su rival separatista más moderado, ERC, que ha ofrecido regularmente su apoyo al gobierno de Sánchez.

Aunque JxCat había respaldado la moción de censura que impulsó a Sánchez a la presidencia en junio de 2018, votó en contra de su voto de investidura en enero de 2020.

El domingo por la noche, cuando surgieron los resultados, la dirección de JxCat dejó en claro que no sería parte del regreso de Sánchez al poder sin algo a cambio, lo que provocó una reacción inmediata del PP de Alberto Núñez Feijoo.

"La única alternativa a Feijoo es que Puigdemont dirija el gobierno español", replicó Juanma Moreno, el líder del PP que encabeza la región sur de Andalucía.

Durante años, JxCat ha abogado por el derecho a celebrar un referéndum de independencia y por la amnistía de los líderes separatistas que aún busca la justicia española, como Puigdemont.

"No vamos a ayudar a Pedro Sánchez a ser presidente del Gobierno por nada, nuestra prioridad es Cataluña y no la gobernabilidad de España. No vamos a ceder ni un ápice", ha insistido Miriam Nogueras, de JxCat.

Aunque Sánchez indultó a nueve líderes separatistas catalanes que cumplían largas penas de cárcel por la fallida oferta de secesión en 2021, aceptar las demandas de JxCat equivaldría a cruzar una línea roja para el líder socialista.

"Sería completamente inaceptable que cualquier gobierno español aceptara cualquiera de estas dos condiciones... y JxCat lo sabe", dijo Ana Sofía Cardenal, politóloga de la Universitat Oberta de Catalunya.

Ahora todo depende del resultado de las deliberaciones dentro de la facción separatista de línea dura.

"Si JxCat acaba siendo el responsable de provocar la repetición de las elecciones, ¿cómo afectará eso al partido en la próxima votación? Esa es la cuestión que se plantean ahora", dice Oriol Bartomeus, politólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona.

"Si la respuesta es sí" a unas nuevas elecciones que le permitan "derribar" a su rival ERC, que vio caer su número de escaños de 13 a 7 en las elecciones del domingo, entonces JxCat no hará nada por ayudar a Sánchez, ha dicho.

"Es muy irónico", admitió Cardenal.

Muchos socialistas, dijo, se habían "girado hacia la derecha" por la crisis catalana y muchos estaban enojados por la decisión de Sánchez de indultar a los involucrados, que aún albergan "un odio real hacia Puigdemont".

"Y ahora resulta que Puigdemont tiene la llave de la gobernabilidad de España", dijo.